Rodeada del
cariño de familiares y amigos, María Elena “Maruja” Rodríguez Rubio, celebró
ayer su centenario, recordando los diferentes momentos que le han tocado en su
vida.
“Maruja”
hizo referencia primero a sus años de niñez en el campo en la estancia “La
Yuca”, donde con sus hermanos disfrutaba de los juegos y fue allí donde comenzó
a estudiar, ya que la familia llevaba semanalmente la maestra a la casa.
Todos los
días con mis hermanos íbamos hasta el corral donde estaban las vacas y
tomábamos la leche recién ordeñada, porque decían nuestros mayores que eso era
bueno para el crecimiento.
“Como yo era
la mayor de mis hermanas mujeres, tenía la responsabilidad de cuidarlas y era
bastante autoritaria. Siempre estaba tratando de ordenar las cosas, mientras
que Blanquita buscaba el regazo y los brazos de nuestros abuelos.
Cuando fui
adolescente nos trajeron a Mercedes donde cursé los estudios secundarios en el
liceo Nº 2 y luego trabajé durante 28 años en el sector de Caja de Caulín.
Todos los
días leo el diario, me interesan las noticias policiales, como a mi abuela hace
muchos años y cuando me preguntan cómo hice para llegar a esta edad, les digo
que no tengo una receta mágica, sólo he sido afortunada por tener un buen
estado de salud y siempre he comido sano. Dicen que mis bisabuelos vivieron
hasta los 106 años, por lo que venimos de una familia longeva. Para mí hoy es
una felicidad llegar a mis 100 años y tener tanta gente querida a mi
alrededor”.