Preocupados por la baja rentabilidad del sistema financiero —de las menores en la región— y la rigidez de costos del sector entre otros aspectos, ejecutivos de los bancos privados se reunieron la semana pasada con el presidente Banco Central (BCU), Mario Bergara.
En un almuerzo, los gerentes de los bancos nucleadas en la Asociación de Bancos Privados (ABPU) le plantearon a Bergara la situación de sus instituciones, le preguntaron sobre la posibilidad de bajar los encajes (porcentaje de los depósitos que los bancos deben inmovilizar en el BCU y no pueden destinar a crédito) ahora que la inflación cedió y también hablaron sobre aspectos que no están directamente vinculados al Central como el Impuesto al Patrimonio, dijeron a El País fuentes bancarias.
Bergara se tomó el tiempo para escuchar, pero no adelantó ninguna respuesta sobre los planteos, dijeron las fuentes.
Buena parte de la charla giró sobre el tema rentabilidad, algo que preocupa a los bancos.
Según un informe de la consultora CPA Ferrere que divulgó El País a fin de enero, en 2016 "las ganancias obtenidas por los bancos comerciales determinan un retorno de apenas 3% sobre el patrimonio de los accionistas (ROE), lo que determina uno de los peores años calendario desde 2004 (junto a 2009)". El reporte indicaba que "la rentabilidad promedio de los bancos privados fue virtualmente nula (0,5% del ROE)".
De hecho, a fines de marzo a fines de marzo al comparecer ante la comisión de Hacienda de Diputados, el director ejecutivo de la ABPU, Jorge Ottavianelli había dicho que los "problemas de rentabilidad" de los bancos "podrían llevar a que los accionistas evalúen o revalúen su posición en Uruguay". Actualmente, hay nueve bancos privados en el país y uno de ellos —el HSBC— inició por tercera vez un proceso para su venta aunque por el momento sin ofertas para comprarlo.
A los bancos se les dificulta encontrar negocios con un crédito que crece en forma muy lenta. Del otro lado, enfrentan costos rígidos como aportes patronales más altos que el resto de los sectores (25,25% frente a 7,5%) y complementos por la Caja Bancaria como el cuatro por 10%oo (cuatro por 10.000) de la suma del "saldo al fin de cada mes de los activos propios" radicados en Uruguay y de la "diferencia de los saldos al fin de cada mes de los activos propios radicados en el exterior y de los pasivos" con no residentes.
"Cada $ 100 que le pago a un empleado, me cuesta $ 205", graficó un ejecutivo.
Esos costos además "castigan" el crecimiento sostienen los ejecutivos porque están atados a la evolución del negocio y de los empleados.
También le plantearon a Bergara lo que entienden es una "contradicción" que encierra el Impuesto al Patrimonio al sector. Por un lado, es más alto que en otros rubros ya que las empresas comerciales, industriales y agropecuarias pagan un 1,5%, el resto de las industrias 2% y los bancos y casas financieras 2,8%. Por otro, el BCU les exige a las instituciones de intermediación financiera más capital para alinearse a los estándares internacionales (y proteger al depositante), pero eso les lleva a pagar más tributo en monto. Allí entienden que está la "contradicción" entre lo que quiere un lado del gobierno y otro.