Una particular exposición de bonsái se presentó ayer en Casapuerta, llegando para la ocasión representantes de la Escuela Uruguaya de Bonsái con varios ejemplares que mostraban la técnica que se utiliza para tener estas plantas tan particulares.
Eddy Pérez explicó que “esta escuela pertenece a Sebastián Hernández y está ubicada en Canelones. Recordó que el arte del bonsái es milenario y los primeros en poner un árbol en una maceta fueron los japoneses y de ahí el nombre: bon significa cuenco y sai, cultivar en un cuenco. Cualquier tipo de árbol se puede lograr en bonsái, debiendo ser del tipo leñoso, existiendo diferentes técnicas para comenzar con la preparación de uno. Se logran a partir de una semilla o un esqueje y lo fundamental es buscar la proporcionalidad cuando se está preparando la planta. Un bonsáis puede medir desde 25 centímetros hasta más de un metro y en muchos casos, en los frutales, podemos apreciar cuando dan la flor en la época adecuada e incluso la fruta en un tamaño adecuado a lo que es el árbol.
En Mercedes hemos exhibido un arce japonés que tiene la particularidad de tener hojas de diferentes colores en el otoño, también coníferos, un manzano y otras especies, pudiendo el público apreciar los diferentes tamaños de acuerdo al tiempo de preparación. Algunos de estos árboles se pueden adaptar al interior del hogar, pero fundamentalmente se ubican en el exterior, siempre con algún resguardo. El tema del riego depende de la especie que se convierta en bonsái y para eso hay que estudiar mucho sobre qué tipo de árbol queremos lograr para que luzca de la mejor forma.
Sin dudas que el bonsái es un arte unido con la ciencia, porque todo lo que se hace en la preparación de la planta y demás tiene una razón y quienes deseen mayor información pueden buscarnos en Instagram a través de ikigaibonsai”.