Mañana Argentina define presidente, y considerando los candidatos parece ser que son caminos bastante diferentes. Si bien estamos acostumbrados a que los acontecimientos políticos en Argentina nos llamen la atención, no dejan de sorprendernos e invitan a la reflexión. Situaciones similares han ocurrido en los últimos tiempos en otros países de la región, tanto en América del Sur como en Centroamérica, pero lo de nuestros vecinos es único.
Uno tiene siempre una natural tendencia a buscarle explicación a los hechos, más aún, cuando se suceden acontecimientos que van contra lo que uno entendería como un comportamiento esperado o predecible, dados los hechos y realidades irrefutables.
Cabe mencionar que acontecimientos “extraordinarios” en Argentina suceden muy a menudo, sobre todo vista esa realidad desde nuestra idiosincrasia, mucho menos intensa y pasional. Si bien ya estamos acostumbrados, y ya no nos sorprenden tanto cosas como las fotos en un yate en Marbella de un alto cargo del gobierno K acompañado de una pomposa “modelo” cuando el país está en una de las mayores crisis de la historia, aún así, sigue habiendo noticias que tomamos con incredulidad y nos cuesta comprender.
Primeramente en las PASO, casi de la nada surge un economista libertario (como él mismo se denomina), que, con un discurso díscolo, agresivo, y anti sistema, arrasa en las urnas y es el candidato más votado, y se erige como un gran candidato a ser presidente dejando atrás a los 2 grandes sectores tradicionales de la política Argentina.
Se hablaba que podía ganar en primera vuelta incluso, y en las elecciones nacionales, ante todo pronóstico, se da vuelta la tortilla y es el oficialismo, que ya se notaba derrotado, el que logra una remontada tremenda y gana la elección por una diferencia de más de 6 puntos arriba del león Milei.
Fue sorprendente primero el resultado de las PASO con el triunfo del “loco”, muchos escandalizados, y ahora nos sorprendemos en la 1ra. vuelta con semejante sorpresa: qué pasará en la 2ª vuelta es casi imposible de analizar.
Un país riquísimo, otrora potencia mundial, ahora soporta una inflación de casi 150 % anual, índices de pobreza de más del 45 %, seis de cada diez niños en Argentina es pobre, y el Ministro de Economía de ese gobierno, es el candidato más votado.
Podríamos preguntarnos, ¿se ha caído el paradigma que es la economía, el bolsillo de la gente, el aspecto determinante al momento de votar?, parece ser que ninguno de los impresentables números de la economía hayan sido determinante, o quizá sí.
Más subsidios al transporte, los planeros, el “plan platita” repartiendo más de lo que no hay, solo genera más inflación y mayor déficit fiscal, o sea, cavar el pozo donde están metidos cada vez más hondo. La corrupción atroz del oficialismo y los sindicatos amigos parece que ya no hacen mella, es algo asumido como “natural” por gran parte de la población, y tiene su lógica porque es algo que ocurre hace décadas.
Mujica dijo que el Peronismo vive y lucha, y vaya si es así, tienen una red gigantesca infiltrada en todos los ámbitos, funcionan aceitadas y a la perfección como el mejor reloj Suizo, y conocen, como nadie, lo que la gente necesita, el comportamiento de las masas, manejan a la perfección el sentir “popular”, y entre muchas herramientas, les dicen lo que quieren escuchar con una convicción y persuasión admirable.
Mucho se ha estudiado y existen decenas de textos al respecto, un reciente libro aborda estos aspectos, “El Populismo en América Central”, reúne trabajos de muchos académicos que investigan ese fenómeno, que no es nuevo, pero que sin embargo se repite, y con mucho éxito por cierto. Los seres humanos no solo somos los únicos que tropezamos con la misma piedra, sino que nosotros mismos ponemos las piedras en el camino.
En el libro se expresa que en el Continente existe una variedad de sistemas populistas, tanto de derecha como de izquierda, o en algunos casos ni siquiera encuadran en esa dicotomía sino que podríamos catalogarlos mixtos.
Se construye una narrativa, el “mito populista”, que explica los problemas actuales por la existencia de un ser maléfico, cuasi diabólico, el pueblo fue engañado y traicionado, erigiéndose como los héroes salvadores que derrotarán al malvado y devolverán a la gente lo que es de ellos. Suena como un cuento infantil tradicional donde el valiente salvador entra al castillo, mata al dragón, y salva a la princesa, pero básicamente es así, tristemente es así.
El Populismo vende y tiene éxito porque le dice a la gente lo que la gente quiere escuchar, y quiere creer, quién no quiere que todas las calles sean cuesta abajo, después vemos si es viable o no.
Argentina elegirá entre un candidato disruptivo, que algunos lo tildan de populista de derecha, y podría entrar en esa definición porque su éxito se basa en ir contra la “casta” política, presentándose como un outsider (otra característica típica del populismo), que se denomina salvador del dragón K. que los ha llevado a la deplorable situación actual.
Y por otro lado, el Ministro de Economía del gobierno K, con un discurso hiper populista de izquierda, pero este caso ni siquiera encuadra en la estructura populista clásica, porque el candidato oficialista pretende ser el héroe bueno, pero resulta ser que el castillo es suyo, y el dragón su mascota.
En fin, la historia continuará y promete ser ajetreada, eso sí, nadie sabe si será con un final feliz.
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