La fecha 1624 viene de la historia misma, de los documentos de la época del gobernador Francisco de Céspedes. Ya el propio historiador oficial de la Compañía de Jesús, Padre Pedro Lozano (1697-1752), dejaba asentada esta fundación, corroborada por los documentos existentes en el Archivo General de Indias de Sevilla y Archivos Generales de la Nación, tanto de Uruguay como Argentina.
La historia fundacional de Villa Soriano no tiene enigmas, es única y documentada, siempre vivió en tierras orientales. En 1957, en la aprobación del Escudo Municipal de Soriano, nadie discutió esa fecha.
Aparece en la historia la figura del vasco Domingo Martínez Ordoñana (1829-1897), fundador y presidente de la Asociación Rural del Uruguay, propietario de la famosa estancia Ordoñana en suelo sorianense y quien recibiera a Juan Manuel Blanes para pintar en óleo el histórico desembarco de los 33 Orientales.
También Ordoñana publicó en 1883 “Conferencias sociales y económicas de la República Oriental del Uruguay con relación a su historia política”.
No compartimos con Ordoñana algunos datos sobre la fundación de Villa Soriano aunque él también respetó la fecha 1624. Fue quien manejó el 4 de junio como día de fundación pero no es real pues Francisco de Céspedes llega como gobernador de Buenos Aires en setiembre 1624 y es quien motiva la fundación de reducciones en tierra oriental.
Pero sí es cierto que Ordoñana reunió documentos relativos al Cabildo de Villa Soriano. “Allí existió un archivo riquísimo que fue lanzado al viento en 1846 cuando el coronel NN asaltó aquella población. Aquel archivo, dispersado en todas direcciones, lo reunió el señor Villalba dos años después con motivo de ser nombrado autoridad superior del departamento de Soriano...”
Ordoñana menciona 1624, a los chanás en “su habitual morada” y “30 años después de refundada Buenos Aires” y con esto último coincide con lo dejado escrito por el Cabildo de SDSoriano, por Dámaso A. Larrañaga y por Andrés de Oyarvide.
No sólo el incendio producido en casa del corregidor José de San Román provocó la pérdida de documentos de Villa Soriano sino también la Guerra Grande.
Ordoñana publicó la correspondencia que mantuvo con Eduardo Fregeiro, Tomás Villalba, Hipólito Marfetán y Carlos Gramond.
Fregeiro le escribe desde Mercedes el 4 de enero de 1857: “le mando el cajón con los papeles viejos de Soriano que le prometí... don Germán Plaza, siendo Alcalde ordinario, hizo un desparramo así es que no sé que rumbo tomarían otros papeles que vinieron de Soriano”.
Ordoñana escribe a Villalba: “... habiendo usted tomado posesión del cargo de autoridad superior de Soriano, encontró usted el archivo de aquella histórica población desparramado en las pulperías...” Villalba le contesta el 3 de julio de 1883: “el hecho que me recuerda es perfectamente exacto. Recuerdo que el señor don Sebastián Britos restituyó a la autoridad civil todos los documentos y papeles que se habían recogido... (papeles) que fueron explotados sin piedad después de la guerra, por los compiladores de noticias históricas y muy especialmente por la nube condensada sobre aquel departamento, de los interesados en asuntos de tierras pertenecientes a la extensa y rica jurisdicción del extinguido Cabildo de Soriano...”
Marfetán responde a Ordoñana el 4 de agosto de 1883: “no existe nada del antiguo archivo pues los restos salvados del naufragio de la Guerra Grande que terminó en octubre del 51 fueron llevados a Mercedes... ignoro si existen los preciosos pergaminos a que usted hace referencia pues según nos ha referido don Raimundo Viejas, un negro llamado por apodo Buceta, esclavo de doña Carmen Britos, madre de don Sebastián, fue el inmolador de la mayor parte de los expedientes que robaba y vendía en las casas de negocios para envolver yerba y azúcar...”
La imagen es tomada del libro, lo que le escribe Carlos Gramond.
Martínez Ordoñana fue un emprendedor, siendo vasco de nacimiento y llegado niño a Uruguay se interesó y demostró afecto y respeto por la tierra que lo recibió. Fue protegido por Juan Antonio Porrúa.
También recibió a José María Iparraguirre, el bardo del Gernikako Arbola, pariente pero distintos en su manera de encarar la vida.
LENGUA CHANÁ
Es de orden conocer la cultura chaná. Conocer su lengua.
Unicá ugé tató-eé uá itál aá Tijuiném
Tijuiném, tijuí ug opá chaná udé unicá ugé tató-eé uá itál itití reé noemé, udé ará ipír retá ugé, udé besúy nvolé ocó itaí ugé Beáda-ó itaí uá ngán oblé vanatí, oblé tijuí, oblé cuntaí.
Oración a Tijuiném (Dios de los chanás) por el niño que nace.
Tijuiném, padre de todo chaná. Salud por el niño que va a nacer vivo, te agradezco por él, pido tiempo para él, tierra para poseer, que sea buen hijo, buen padre, buen guerrero.