El Uruguay tiene una ubicación geográfica privilegiada, otrora las condiciones naturales de nuestro puerto fueron un factor distintivo y generador de desarrollo, nos colocó en la mira de muchas potencias por las ventajas naturales que brindaba nuestra tierra para el desarrollo del comercio en la región. El territorio era pequeño pero estratégico, Españoles y Portugueses primero, las Provincias Unidas del Rio de la Plata y el Imperio de Brasil después, mediación diplomática de por medio la solución política salomónica fue la generación de nuestro país.
Tenemos un territorio favorecido por diversos aspectos, kilómetros de costa sobre río y mar, una red impresionante de afluentes de agua, ríos, lagunas, arroyos. Todos recordamos de la Escuela esa descripción de nuestra tierra, “penillanura levemente ondulada”, no tenemos grandes montañas, ni ningún tipo de accidente geográfico que puedan complicar el desarrollo.
Más aún, estamos sobre el Acuífero Guaraní, un gigantesco reservorio natural de agua dulce que es una de las mayores reservas de agua dulce del planeta. .
Sin embargo, una sequía, gran sequía es cierto, hace que Montevideo tenga agua para 18 días, parece increíble, el agua que sale de la canilla ya es intomable y peligrosa para determinados grupos de personas.
Podríamos preguntarnos ¿Cómo es posible que hayamos llegado a esta situación?, la respuesta es muy sencilla, por la ineptitud del sistema político en general, y obviamente de los jerarcas de “particular confianza”, más allá de teorías conspirativas acerca de que el capital vino a robarnos el agua, es indudable que desde hace décadas no se invierte como se debería en sistema.
Desde hace muchos años hay estudios muy serios que advierten de la fragilidad creciente del sistema, al igual que en la Educación hay consenso político en el discurso, sin embargo, han pasado gobiernos de todos los colores y no se han buscado soluciones de fondo, lo que demuestra que no existe una planificación estratégica de largo plazo en cuestiones que nos interesa a todos, el acceso a un servicio básico como el agua en buenas condiciones.
El 50 % del agua potable que se genera se pierde, no de ahora, de hace 30 años o más, cómo es posible que no se pueda buscar una solución a tamaño desastre. Somos de los peores de América, ni hablar que en países desarrollados se pierde entre el 4 y 6 %, aquí todos hemos sido testigos cómo el agua fluye desperdiciada por las calles durante días o semanas cuando se rompe un caño.
La OSE siempre ha sido un Organismo Descentralizado de segunda, nunca se le dio relevancia a nivel de inversiones, ni tampoco con los jerarcas políticos de turno que caían allí.
Las sequias se vienen agravando desde hace muchos años, no es algo coyuntural ni sorpresivo, sin embargo parece ser que hay que esperar que estalle todo para tomar medidas. Que en este país falte agua potable en condiciones es como que falte arena en el desierto, pero la impericia del sistema político en su conjunto lo ha logrado
Por otro lado, acudimos atónitos a noticias del desprecio y mal uso de los recursos públicos en otros ámbitos, una Ministra que otorga Viviendas a su discreción a una militante de su partido y a una ex empleada suya entre otras, un alto cargo del Ministerio del Interior que utiliza de forma reiterada el Hospital Policial cuando no le corresponde, y obviamente no es cuestión de este gobierno, en los períodos anteriores el mismo Hospital fue utilizado de forma indebida alevosamente por los jerarcas de ese momento, situación que está en la Justicia que terminara discerniendo. Más grave aún, ante la noticia de esos hechos irregulares, se miente alevosamente, o se afirma en que lo volverían a hacer, solo se reconoce el error cuando todo cae por su propio peso.
La impericia o el descuido alevoso en los recursos públicos por parte del sistema político y sus jerarcas discrecionalmente designados, a la larga recae sobre la población que es la que paga los platos rotos, no solo mediante impuestos para bancar el gasto ineficiente, sino ahora también con serios problemas en el abastecimiento de un producto básico como el agua.
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