La alegría contagiosa, el anhelo cumplido, la curiosidad despierta, lágrimas y júbilo, todo esto se aunaba ante la concreción, finalmente, de esa larga aspiración de que las vías del ferrocarril se extendieran hasta nuestra ciudad de Mercedes. Se lograba así, que las distancias se acortaran, que el tiempo fuera mejor aprovechado, que se evitara la inmensa fatiga de los viajes interminables, de los accidentes en los intransitables caminos de entonces y el riesgo de vadear arroyos crecidos, lugares inhóspitos y desvíos no deseados.
Se lograba así el conocer con certeza la distancia a recorrer, la casi seguridad del tiempo a emplearse, se aseguraba la comodidad y el placer de compartir, mesa por medio, amenas conversaciones con otros pasajeros, el poder apreciar a través de los cristales de los vagones, la naturaleza plena, conocer lugares y parajes diferentes, lo que antes era casi imposible.
En la nota anterior describíamos el arribo de las dos primeras y casi simultáneas formaciones que inauguraran la Estación Mercedes el 15 de diciembre de 1901 y el recibimiento que se les diera a las Autoridades y a los ansiosos 200 pasajeros que participaran de ese viaje inaugural.
Mencionábamos también que mientras la multitud esperaba el arribo del tren, muchos impacientes se atrevían a bajar del andén hasta las vías para tratar de avizorar el humo de las máquinas aproximándose y ser los primeros en anunciar al resto la proximidad de esa ruidosa excursión.
Apenas arribados, descendiendo desde las escalerillas las autoridades y los pasajeros, se les brindó a los primeros, un brindis en los salones de la Estación que quedaba así inaugurada formalmente.
Mientras la banda del Batallón hacía oír luego del Himno Nacional, distintas marchas, amenizando el momento y colaborando en el júbilo de la población.
Luego, siendo insuficientes los carruajes de alquiler para el transporte de los viajeros, algunos debieron trasladarse a pie, descendiendo, dice la crónica (1), por el tobogán de la calle Cerro Largo (hoy Florencio Sánchez) hacia el centro de la ciudad, al cruzar el puentecillo sobre la Cañada Roubín (hoy reformado), lucía allí un gran arco de follaje con un lema sugestivo: PAZ Y TRABAJO. Seguía luego una sucesión de arcos y líneas de gallardetes de color y banderas nacionales hasta la puerta de la Jefatura Política.
Celebrando el acontecimiento se realizaron 1000 medallas conmemorativas del acontecimiento, más una de oro que se obsequió al Ministro de Guerra Gral. Pedro Callorda que vino en representación del Presidente Cuestas. De aquellas, 200 eran de plata que se distribuyeron entre las autoridades y visitantes y las 800 restantes se distribuyeron entre los concurrentes a la Estación.
Desde allí se realizó un corso de flores (costumbre de la época) recorriendo San José, Colón hasta la Plaza Independencia, donde la Banda del 4º.. de Caballería que viniera en el tren hacía oír su música, entre el estruendo de bombas y cohetes (también como era costumbre).
Se celebra a continuación un Te Deum en la Iglesia y se corea el Himno Nacional, siguiendo la fiesta y la alegría por el progreso alcanzado.
En el Club Progreso a las 20 horas se hace honor a un banquete con las autoridades, pronunciándose una serie de discursos.
En nota anterior hacíamos referencia a que los festejos se extendieron durante dos días, finalizando en la tarde posterior con visita a la Exposición de Pinturas y Labores, torneo que se cumplía en los salones de La Sociedad Italiana de Socorros Mutuos y luego se concurre al Teatro Politeama Colón al espectáculo que ofreció la Compañía Podestá Scotti a total beneficio del Hospital Mercedes.
Al comienzo se conectaba Mercedes con Montevideo los domingos, martes y jueves y regresaba los lunes, miércoles y viernes, pasando luego a dos servicios diarios (mañana y tarde).
Esta conquista fue otro punto que influyó poderosamente en el progreso de la zona, acercando la ciudad y el departamento hacia el mejoramiento de las condiciones de vida.
La posibilidad de cargas de la producción agrícola ganadera, transportada en forma por demás ágil y en gran escala, aceleró el ingreso a los lugares de comercialización y consumo.
(1) Fotografías del Centro Histórico y Geográfico- datos extraídos de la Revista Mundo Uruguayo en nota del coterráneo Juan S. Soumastre y propias del autor.