En el mes de Abril se impuso la frase “blindemos Abril”, ya lo pasamos largamente y sin embargo el Covid no da tregua, seguimos desde hace semanas con tasas de positividad que rondan el 20 %, lo que suma unos 3.000 casos nuevos cada día, sin embargo parece que se ha arribado a una meseta, con una cota demasiado alta pero al menos se ha frenado el crecimiento. Asimismo, la situación en el sistema de salud sigue estresada y exigida, pero sin colapsar.
Lamentablemente se comprueba una vez aquel mito urbano que al Uruguay todo demora más, pero llega, y vaya si estaremos sufriendo las consecuencias, varios meses después que el resto del mundo, lo que nos hace estar en la penosa posición de ser los primeros del ranking mundial en contagios y muertes.
Va quedando bastante claro que no todas las vacunas eran igual de buenas como se decía, la vacuna China lamentablemente no tiene los rápidos efectos positivos de aquellas que se dan en los países de primer mundo, si bien surgen estudios que muestran resultados auspiciosos, sin embargo está costando que se note en los resultados del día a día, pero no hay otro camino posible por ahora que seguir vacunando con lo que se logre conseguir.
Mientras tanto seguimos con muchas actividades limitadas o directamente suspendidas, siendo la educación la que se destaca por sus efectos negativos, que pega especialmente en los sectores más desfavorecidos lo que amplía las desigualdades de oportunidades, el gobierno es consciente de ello pero los números diarios no le permiten seguir avanzando en la presencialidad.
Se siguen escuchando voces que afirman que la solución es cerrar todo, (a decir verdad se vienen escuchando desde Marzo del año pasado), y tampoco hay evidencia empírica que sea la solución en países subdesarrollados, solo mirar lo que ha hecho y como está Argentina ya es prueba de ello. Lamentablemente la Pandemia hace que la situación sea una constante elección entre el mal menor, así como no es posible aspirar a que no haya un solo fallecido por Covid, a esta altura tampoco lo es el planteo de encerrarnos totalmente en nuestras casas.
Entre el Lock down y la mayor libertad responsable, hay un abanico de combinaciones, y cada uno podrá tener una opinión válida al respecto.
Lo que sí es bastante claro, que lamentablemente por bastante tiempo seguirán habiendo personas que mueran por día por causa del Virus, como los casi 30 uruguayos que mueren por día por causa cardíaca, seguirá pasando, más allá de hacer lo posible para que se reduzcan.
Afirmar que todas las muertes por Covid son evitables es al menos temerario, con el mismo argumento si afirmamos que esos fallecimientos son “evitables”, también lo serían las más de 500 personas que mueren al año en accidentes de tránsito, son evitables en el plano de lo teórico, sencillamente suspendemos estrictamente el tráfico vehicular y pasamos a cero los muertos por accidentes, (primera causa de muerte en los jóvenes), pero a nadie se le ocurre porque es ridículo, inverosímil e impracticable, hay que asumirlo como un costo de la forma en que vivimos.
Siguiendo con esa línea argumental tremendista, todos los inviernos los niños se contagian de cuanto virus anda en la vuelta en la Escuela, algunos graves, y algunos contagian a sus abuelos, y algunos mueren, sin embargo a nadie se le ocurre plantear cerrar las escuelas todos los inviernos.
El costo económico de la crisis la vamos a pagar añares, y en todos lados siempre la pagan los mismos, especialmente la clase trabajadora; los miles de niños que ya venían con fuertes deficiencias educativas ahora las han aumentado y muchos habrán quedado cuasi condenados a la mediocridad, en fin, cosas que todos conocemos.
Lamentablemente la Pandemia tiene y tendrá consecuencias muy duras, pero hay que moverse en el terreno de lo lógico y lo pragmático, habrá que intentar minimizar los costos pero mirando hacia adelante, y pensando especialmente en las nuevas generaciones.
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