Los hechos que rodean la muerte de Nicolás Mañán siguen llamando la atención, mientras aumentan las versiones de que tampoco los hechos ocurrieron como últimamente se relató.
Un homicidio con ferocidad como el que suele tipificarse en casos como este donde, utilizando un martillo le destrozó el cráneo, suele castigarse con una mínima de 15 años.
Sin embargo, la Justicia le dio 9 años de prisión, originando las naturales especulaciones de que el asesino Carlos Silva de 36 años, puede haber denunciado a otras personas, con lo cual habría logrado una reducción de la pena. De lo contrario, no se explica la decisión judicial.
El victimario, además del asesinato, fue acusado de simulación de delito y calumnia y tenía antecedentes por tenencia de estupefacientes.
Según el testimonio del asesino, Mañán concurrió a efectos de comprarle droga, tras lo cual se originó una discusión que derivó en la muerte.
Primero sostuvo que Mañán y otro sujeto habían ingresado a robar al lugar de donde es sereno y tras descubrirlo, se trabó en lucha, valiéndose solamente de un martillo.
La policía sospechó cuando le preguntaron qué había ocurrido con el arma que supuestamente portaba Mañán, a lo que respondió que se la había llevado el otro sujeto, lo que no corresponde con una versión coherente.