El descontrol se produjo pasadas las 14 cuando comenzaron a circular versiones de que la policía cerraría los accesos a las calles que lleva a la Casa Rosada, a efectos de permitir que a las 16 se pusiera fin al velatorio para iniciar el camino al cementerio de Bella Vista. Inicialmente se anunció una postergación hasta las 19, pero a esa altura el desborde era de cientos de personas saltaban frente al féretro del futbolista.
La Vicepresidenta Cristina Kirchner que había anunciado no concurriría, entró para saludar a Claudia Villafañe y a las hijas de Maradona que expresaron sin reparos el fastidio por la cantidad de gente que había invadido el recinto sin tener ningún vínculo con la familia.
A siete cuadras de allí, en la 9 de Julio y Avenida de Mayo, el operativo decidió cortar la extensa fila de gente y allí se iniciaron los incidentes.
El propio Presidente Alberto Fernández salió a la puerta de la Casa Rosada a pedirle a la gente que se bajara de las rejas, pero la tensión continuó creciendo y se produjo el colapso cuando cientos de personas atravesaron los controles de seguridad, rompieron el primer cerco policial y empujaron la reja que sostenían los efectivos de la policía con gritos y cánticos, mientras Gianina Maradona desconsolada levantaba sus manos pidiendo calma y un poco de compasión, aunque no hubo forma de persuadir a cientos que saltaban, cantaban y le tiraban remeras del féretro. La hija de Maradona atinó a abrazarse del cajón de su padre, frente a la adversidad del inesperado desborde decidiendo dar por terminado el velorio y sacar el féretro lo más rápido posible para cargarlo en un vehículo, mientras miles de personas corrían hacia la plaza de Mayo iniciando una sucesión de incidentes repelidos con balas de goma y gases lacrimógenos. La gente se amotinó frente a la Casa Rosada y la presión humana se triplicó al punto que el vallado policial no soportó la tromba humana cuyos 1.200 efectivos no podían contener la situación.
El féretro cargado en una camioneta a la que precedía otra y numerosísimos vehículos policiales, se encaminó por la Autopista 25 de Mayo, pero al pretender tomar el camino del Buen Ayre, hubo una equivocación y el cortejo quedó aprisionado entre enormes camiones estacionados al punto de tener que permanecer detenido hasta que corrieran uno o dos de los vehículos mayores, momento en el cual cientos lograron llegar hasta el vehículo principal para abrazarse a los vidrios a través de los cuales se veía el cajón cubierto con una bandera blanca y celeste.
Alberto Fernández dijo que todo hubiera sido peor si no se hubiera organizado el velorio por parte del gobierno y de las fuerzas policiales y acceder a toda la infraestructura que permitió por fin llegar hasta el cementerio privado de Bella Vista, donde los restos fueron inhumados junto a los de los padres de Maradona don Diego y doña Tota.