Si bien no hay ningún indicio de que se hayan producido contagios, el hecho mismo de la proximidad y las medidas de precaución preconizadas por el gobierno, han contagiado la preocupación a los vecinos de Fray Bentos.
El contingente pertenece al Batallón de Infantería Nro. 9 y fue destinado a la custodia de la cárcel.
El Ejército instrumentó protocolos en una situación atípica y diferente, buscándose garantizar que los soldados estén sanos y no lleguen a Fray Bentos siendo portadores del virus. Los efectivos no estuvieron en la ciudad de Rivera y no tuvieron contactos allí, ni tampoco con personal de la unidad local, ya que cumplen funciones de guardia perimetral en Cerro Carancho.
Como se sabe, hubo un caso de COVID-19 en uno de los funcionarios militares asignados a Rivera, lo que contribuyó a extremar cuidados y extender la precaución.
En esta primera instancia se realizarán controles y posiblemente tests a los efectivos y también el Ejército podría solicitarles que estén al menos unos días en sus domicilios, cumpliendo cuarentena.
Junto con el Ministerio de Salud Pública, se coordina un protocolo especial para estos casos, dado que habrá guardias de otros departamentos que deben ir a Rivera y en agosto debería partir una nueva delegación del Batallón Rincón con destino a la ciudad fronteriza.