Si bien figura mi nombre al pie del título de esta nota, la autoría de la misma no sabemos a quien corresponde, aunque tenemos cierta presunción, habiéndola copiado de una publicación que hace casi 60 años realizara el Club Atlético Praga en su 23 Aniversario en el año 1960.
Se titula “El Primer Viaje” y subtitula como “Grato Episodio Inolvidable” y dice:
“A mediados del año 1940 – en julio – el Club Argos de San José, una de las más prestigiosas instituciones del Interior, invitaba a la Liga de Básquetbol de Soriano, para llegar con su representativo a aquella ciudad, para disputar un match amistoso con el mismo.
La Liga optó por ofrecer al Praga su representación, lo que fue aceptado con verdadero entusiasmo por nuestra Directiva y jugadores.
Estaba aquí la oportunidad de que Praga ofreciera a sus campeones el primer viaje (de larga distancia), a la vez que la ocasión de cotejar fuerzas, con un equipo de gran jerarquía técnica, como se sabía era el Argos maragato.
Se sumaba a lo expresado, un homenaje que la ciudad de San José rendiría a la memoria del primer aviador uruguayo- mercedario también- Ricardo Detomasi.
Grandes preparativos para el viaje. No había que olvidar detalles. Tampoco que defraudar a la Liga. El básquetbol de Mercedes, tenía que estar en San José. Y lo estaría. Más, iría también el pueblo mercedario a cumplir con Detomasi…
Diversas gestiones realizó el Praga para obtener la salida desde nuestra ciudad de un tren expreso que condujera a la delegación y a los excursionistas que seguramente la acompañarían.
Se obtuvo lo deseado y seiscientas personas inscribiéronse para acompañar al Club en esta- podría decirse- aventura.
Prácticas previas del equipo y el pensamiento de todos fijo en el compromiso contraído. Ultimándose detalles del acontecimiento… Integración de la embajada; se saldrá a la hora 6 de frente a la Confitería “Ramos y Frantchez” rumbo a la Estación. Se llevaría una ofrenda floral para depositar en el monumento a Detomasi (“de flores naturales con una cinta con los colores de la bandera uruguaya”). Se autoriza a Tesorería “un gasto de TRES PESOS para comprar frutas para los jugadores”…
Marcha el tren…atestados sus vagones de pasajeros… En el trayecto- que pareció muy largo- no se comentaba el próximo enfrentamiento. El tiempo se fue pasando como en todas las excursiones: cantos, admiración del panorama, recorrida de vagones, etc.
Se llega por fin a San José. En la Estación, miles de personas esperaban el tren expreso. Saludos, presentaciones y … a cumplir…
Todos los viajeros asistieron al homenaje a Detomasi, se depositó la ofrenda del Praga y se participó totalmente del acto que se desarrollaba.
Luego, junto con dirigentes del Argos que cumplimentaban extremadamente a nuestra delegación, se concurrió al hotel. Era ya el medio día.
En horas de la tarde, en el magnífico Estadio “Casto Martínez Laguarda” deberían enfrentarse Argos y Praga, en cotejo para nosotros sensacional.
Digamos aquí, que desde Montevideo, muchos jóvenes mercedarios se trasladaron a San José, para no perderse las alternativas de esta lucha deportiva, que la prensa y la afición había adelantado sería de gran jerarquía.
Los equipos en la cancha… el público expectante… comienza el esperado match.
Acciones espaciosas. Ambos contrincantes cuidando la posesión del útil. Poco encestamiento. Parecía más bien un estudio entre cultores de iguales escuelas. Praga no realizó la faena que estábamos acostumbrado a aplaudirle, planteamiento tranquilo y por momento empuje arrollador.
Entusiasmando muy poco por el despliegue técnico y mucho por la paridad en el tanteador, finalizó el partido con el triunfo de Praga por las escasas cifras de 16 a 12.
Si bien todos ellos integraban el plantel sólo actuaron en este match Morales e Ibarra junto con Alberto Cano, Eusebio Santana y Carlos Della Santa.
Alegría en el rectángulo y fuera de él; Praga había sentado primacía sobre el rival temido. Su triunfo reportaba traer a sus vitrinas, un bonito trofeo instituido para el ganador.
Luego de la contienda, nuevos agasajos de la gente del Argos y de la sociedad josefina, para llegar a la hora del retorno, con una nueva conquista tanto o más importante que la primera… la obtención de nuevos amigos….
Y de nuevo el tren… Saludos, despedidas, augurios buenos – a la recíproca – y en marcha… Ahora sí, comentarios del partido… cantos y nuevas recorridas de vagones, farándula…esta vez llevando en alto el trofeo conquistado, que era solicitado por los excursionistas para admirarlo. Y aquí, la nota distinta… dos veces distinta.
Una señorita mercedaria, que viajaba en primera, requirió la Copa y al devolverla tuvo el simpático gesto de depositar en su interior un peso; el acto fue visto por otros viajeros y los integrantes de la farándula- esta vez sí en empuje arrollador- comenzaron a ofrecer la Copa, que iba recibiendo el óbolo voluntario de los viajeros, retribuido por aplausos y cantarolas…
Dos veces distinta la nota… Por lo expresado y porque, clausurada esa colecta (que aunque parezca mentira, por vez primera no era iniciada a instancias de Don Alberto), los muchachos llegaronse hasta el presidente y depositaron en sus manos- para solventar en algo los gastos del viaje, dijeron, el total de las contribuciones obtenidas… dando razón a lo que es en el Praga: “uno para todos; todos para el Praga”…
Llama la atención el escaso score alcanzado en un partido de esa categoría cuando ahora sobrepasan holgadamente los 100 puntos cada equipo, pero eran otras técnicas y otro tipo de pelota incluso.
Tampoco se conocía el triple de larga distancia que acumula puntos y además se interrumpía continuamente el partido con el cobro de “Caminar” lo que enlentecía muchísimo el mismo.
Sospechamos que el autor de la nota transcripta haya sido el buen amigo Albérico Rivas, quien era entusiasta deportista, integrante de la directiva del Praga y también gustaba de trabajar en la imprenta armando las complicadas páginas de aquella época.
El Club Praga fundado, el 12 de agosto de 1937, tuvo su primera sede en un pequeño terreno de calles Eusebio E. Giménez y Buenos Aires (hoy Ricardo J. Braceras) donde se planteó su primera cancha y una corta gradería para que los espectadores pudieran apreciar, cómodamente sentados, ese novel deporte.
[Las fotografías no figuran incluidas en la nota original]