La campaña electoral está tomando color y calor, la veda quedó atrás entonces ha comenzado el bombardeo mediático para llevar adherentes a sus filas para lograr ser los candidatos únicos de cada partido político. 

Recién estamos en las internas, primeras instancias del proceso electoral, y por ende dentro de cada partido político intentan matizar las diferencias en pos de la afamada “unidad”, para de cierta forma irse preparando para la verdadera batalla electoral que será en unos meses en la primera vuelta de las elecciones nacionales. 

Recientemente se han generado altercados acerca del evidente incremento de la gente que vive en la calle (según el  Mides 20% en 3 años), el spot publicitario del gobierno acerca del Índice de Gini, el aumento del desempleo, la suba del dólar, la caída del consumo y las exportaciones, cae la inversión, la persistente inseguridad, y otros temas que ocupan las primeras planas de los diarios por estos días.

Sin embargo, hay tres temas que son muy pesados, que subyacen a la mayoría de los problemas coyunturales y otros temas en apariencia menores, que en definitiva terminan derivando de ellos; los podríamos resumir en Seguridad Social, Déficit Fiscal y Educación, son tres aspectos que generan problemas que no son nuevos, se han venido acumulando y empeorando sustantivamente con el devenir del tiempo, incluso de los diferentes gobiernos y partidos que han pasado por Torre Ejecutiva. 

La hemos venido peloteando, haciendo tiempo esperando soluciones mágicas, pateando la pelota para adelante, pero según veremos a continuación son problemas que hay que encarar porque en caso contrario en el corto plazo, mediano plazo a más tardar, nos complicará la viabilidad. Es como cuando uno sabe que tiene ácido úrico y colesterol en grados peligrosos y aumentando, y para colmo obesidad creciente, la puedo patear para adelante pero en algún momento debo encarar esos problemas, y debe ser a fondo, de raíz, no los voy a solucionar saliendo a caminar 10 minutos por la rambla, hay que reconocer que es muchísimo más cómodo seguir un tiempo más sin buscar y adoptar soluciones de fondo, pero tarde o temprano la voy a quedar, eso es seguro, la duda puede ser cuando. 

Seguridad Social (BPS), que es un sistema que no se sustenta por si mismo ya es conocido, eso es histórico en Uruguay, el problema radica en que el peso de las transferencias que hace el Estado al sistema de Seguridad Social en general son inmensas, y creciendo a cifras insostenibles en el mediano plazo. Solo el BPS tiene un déficit de 700 millones de dólares por año, y todas las proyecciones arrojan resultados trágicos en algunos años.

No es un tema que sea fácil de abordar para el sistema político, solo se ha logrado la reforma de la Caja Militar (una de las más deficitarias), y aún teniendo mayoría parlamentaria llegar a un acuerdo entre sus propias filas fue complicadísimo y el proyecto terminó siendo remendado. Es una clara muestra de lo complejo que será buscar un consenso en un muy probable próximo gobierno sin mayorías absolutas. 

A nadie le gusta escuchar que deberá trabajar 5 años más para poder jubilarse, ni hablar de reducir pensiones o jubilaciones, ó que si uno se enferma el Estado no se hará cargo, surge bastante claro el porqué no escucharemos hablar de las soluciones que habrá que encarar en este sentido. 

Déficit Fiscal, Lo hemos comentado en otras oportunidades, el déficit de la cuentas nacionales es sencillamente que se gasta más de lo que ingresa, 4.8 % del PBI, el peor registro en más de 20 años. El gobierno es muy consciente del problema y por ello pretendía en sus proyecciones oficiales que a fines de 2019 el Déficit Fiscal fuera de 2.5 %, evidentemente las cosas no han salido como se suponía y el agujero fiscal es casi el doble de lo pretendido. 

Genera una infinidad de problemas, entre los más relevantes es que el País se debe endeudar para financiar sus gastos y la Deuda Pública ya está llegando a límites que no debería sobrepasar, ello hará peligrar el grado inversor, etc etc. El parate económico hace que uno de los motores de años anteriores, el consumo interno, se haya deprimido, y con la suba del dólar, la inflación y el desempleo, nada hace suponer que cambie la tendencia. 

Es cierto que las transferencias a la Seguridad Social que mencionamos en el punto anterior son un componente relevante del Déficit, lo cual ahonda el tema porque ambos problemas se retroalimentan negativamente. Aquí la solución tampoco es sencilla, en el corto plazo podría resumirse a bajar gastos o subir ingresos, no hay magia, significa recortar gasto público o subir ingresos mediante suba de impuestos. También es evidente porqué no escucharemos hablar en profundidad al respecto en la campaña electoral. 

Educación, seguimos con resultados muy frágiles, ahora, por razones obvias,  se pretende diferir el informe oficial del estado de la Educación que debe darse en Julio. Más allá de algunos logros puntuales por ejemplo en inserción estudiantil en Primaria, el sistema educativo luego expulsa a la mayoría, la cantidad de egresados en Secundaria sigue sin mejorar (40 %), lo que nos coloca en el pódium de los peores de América Latina. Tampoco la calidad de los aprendizajes medidas por las pruebas Pisa son una maravilla, pero al menos estamos a media tabla. 

Los expertos coinciden que no culminar enseñanza secundaria en el Siglo XXI es asimilable a ser analfabeto en el siglo pasado, es decir que 6  de cada 10 jóvenes uruguayos no tienen las mínimas herramientas para competir en un mundo cada vez más demandante de aptitudes y capacidades intelectuales, sobran los comentarios al respecto.

El gran problema aquí reside en que se necesita en una reforma de fondo que tire abajo paradigmas, es más que claro que no se ha logrado cambiar ningún  “ADN” de la educación; sin embargo Eduy21 es una luz en el camino en ese sentido, pero requerirá ir de frente contra las corporaciones y las chacritas de poder que desde años se han afincado y fortalecido en la Educación uruguaya, el consenso aparece como improbable, entonces habrá enfrentamientos, paros docentes, etc.; implicará costos políticos que nadie quiere ni mencionar por estos tiempos. 

Con mayor o menor preocupación, con mayor o menor urgencia, diciéndolo o no, todos los candidatos son conscientes de estos tres grandes temas que atosigan la realidad uruguaya y su futuro; seguramente la oposición hará hincapié en el diagnóstico negativo atribuyendo responsabilidades, el oficialismo intentará relativizar el estado de situación sobre estos aspectos, aunque claramente no puede obviarlo, lo que ambas facciones coincidirán es no entrar a analizar en detalle los caminos para mejorar de verdad esos grandes temas del país.  Si bien todos saben que no se puede seguir pateando el problema para adelante, no es oportuno en plena campaña electoral detallar las acciones duras que se deberán llevar adelante, como dijo alguno de los candidatos de forma muy gráfica, todos prefieren hacer las calles en bajada.

Cualquier solución de fondo y durable tendrá consecuencias, afectará a una parte importante de la población y por lo tanto tendrá fuertes costos políticos, lamentablemente no hay otra forma de lograrlo, por lo tanto seguramente hasta el 1º de Marzo del año que viene no escuchemos mucho al respecto, después, ya veremos.