Hoy fui a un supermercado en Maldonado y me topé con algunas pequeñas sorpresas.
Cuando intenté entrar a la playa de estacionamiento, me encontré con que habían colocado una barrera, que solo se abre cuando uno solicita el tickets.
Luego, al bajar del auto, me crucé con una señora que salía con su compra.
Una funcionaria le advirtió que no podía llevar el carrito hasta el auto.
Adentro había más sorpresas.
¡En la verdulería y frutería tuve que servirme yo mismo!
No había nadie.
Cada cliente debía colocar la mercadería en una bolsa, llevarla a la balanza, pesarla, obtener el tickets y colocarle el precio.
Nadie para decirme que llegó la frutilla, que la papa rosada está mejor que la blanca, que Nacional está obligado a ganar el domingo o que va a llover antes del fin de semana.
Cuando fui a la caja: otra sorpresa.
¡No había cajera!
Nadie que me preguntara por mis nietos ni a quien preguntarle por sus padres.
Yo mismo debía pasar mi compra por un lector de barras y después pagar sin encontrarme en ningún momento con un ser humano.
Así que resolví buscar una caja donde hubiera una cajera.
Coloqué la mercadería en su mostrador y pasé para el otro lado para ir embolsando porque advertí que han prescindido también de los embolsadores.
La chica con mucha amabilidad me pidió que volviera al lugar, porque debía alcanzarle producto por producto.
Ahí me di cuenta que la tecnología llegó al supermercado pero no a todo el supermercado.
-No hay cintas- me dijo.
Así que le alcancé producto por producto y rapidito me fui al otro lado para embolsarlos y llevármelos en mis manos hasta el auto porque recordé que habían retado a la otra señora.
Cuando salí me di cuenta que con tanta maniobra de tickets, billetes, bolsas y cambios perdí el boleto del estacionamiento.
Me dijeron que debía pagar una multa de 340 pesos si quería sacar el auto.
Eso quería comentar.
Que el futuro está llegando a Uruguay mucho más rápido de lo que pensábamos.
Que los supermercados sin personal ya son un hecho en todo el mundo, que los taxis sin conductores se pasean por todas las ciudades del mundo, que los camiones sin camioneros llevan mercadería de ciudad en ciudad, que empiezan a volar los automóviles taxis sin conductores llevando personas en distintas ciudades.
Que acá en Uruguay empezamos a sentirlo, que en pocos meses con la incorporación de las nuevas tecnologías en los supermercados ya se perdieron 4 mil puestos de trabajo.
Que no es una denuncia, ni un grito de auxilio, ni un reproche.
Solo una constatación.
Que en el 2032 el 60 por ciento de los puestos de trabajo del Uruguay estarán automatizados
Que habría que ir pensando algo.