Como se recordará, su familia había denunciado ante las autoridades policiales su desaparición del lugar de trabajo ubicado en las cercanías de Palmitas. Con perros amaestrados especialmente se buscó en una amplia zona donde trabajaba, perdiéndose el rastro siempre en un arroyo. Dejó una carta para su familia, por lo que se temía lo peor, pero su hermano Mario que encabezó siempre la búsqueda, nunca bajó los brazos y siempre contó con el apoyo de alguien para seguir buscándolo.
Ayer llegó nuevamente a la zona junto a un amigo y resolvieron buscar otra vez por zonas cercanas donde ya habían pasado. Fue grande la sorpresa de ambos cuando en una tapera hallaron a Héctor. Pese a la cantidad de días en que estuvo ausente, tomando agua del arroyo y prácticamente sin alimentos, estaba algo desnutrido pero lúcido y les comentó que había andado deambulando entre los montes y los arroyos.
Un problema personal fue lo que desencadenó este alejamiento de su familia y trabajo. Ayer en la tarde fue llevado hacia Paysandú donde quedará internado en sanatorio COMEPA.