El Día de la Inmaculada, feriado nacional en Argentina, favoreció un intenso desplazamiento hacia nuestro país. Sin embargo entre las altísimas temperaturas del mediodía y las demoras en el paso de frontera, se vivieron episodios de protesta, bocinazos y gritos airados, pese a los ocho carriles habilitados para esta oportunidad.
La oficina de migración había dispuesto habilitar la totalidad de los carriles, así como medidas para disminuir la extensión de los trámites de entrada al país. No obstante, el número de vehículos que se aglomeró en determinados momentos del día, hicieron insostenible la situación generándose airadas protestas.
La situación comenzó a calmar hacia la noche, pero se estima que nuevamente volverá a repetirse como en ocasiones anteriores, el mismo fenómeno cuando se produzca el retorno pasado el fin de semana.