La tradicional murga “Los Diablos Verdes” que nace en el Barrio Oeste celebró sus 60 años de vida. Carnavaleros de esos años rememoraron otros tiempos. Nelson Malacre decía al respecto que “ ahí contra el río Negro y el arroyo Dacá, apretado por la Calera Real, el Cementerio, el viejo lavadero que ya no existe, el hospital, la cancha de Peñarol, la plaza Ramón Fernández, la capilla Santa Teresita, buscando ser parte de la ciudad se despierta el Barrio Oeste en Carnaval, antes llamado Mondongo.
Trabajadores del puerto, pescadores municipales y de todo tipo de oficio conformaban las familias que allí vivían, además de los que día a día iban poblando ese sector de la ciudad.
Almacenes, boliches de un lado te despachaban comestibles, pegado bebidas, copas al mostrador, los domingos eran fiestas de truco, congas, una caña va, grapa por allá, un vinito y tabaco, todo en el mismo boliche.
Un barrio que tuvo el carnaval dentro de su vida cotidiana, quizá por eso nacieron siempre grupos de humoristas, murgas, personajes de máscaros sueltos juegos con agua, corsos en la placita y los hermosos tablados de barrio.
El deporte también estuvo presente en lo cotidiano como el fútbol ya que se encontraba la cancha de Peñarol, cuadro que se metió dentro del corazón de la gente, chico de trayectoria pero poco a poco crece.
La barra de los muchachos del fútbol, y algunos con la experiencia de salir en la fiesta de Momo formando parte de Los Laureles, Inspiración Chaná conjunto coral, La Gran Cachada, murga, La Nueva Ola del Gordo Atilio, deciden salir en una murga del barrio, como herencia del cura Arregui, con sus Pinchas Pinchas o Don Mondongo y Compañía.
El lugar de reunión era un viejo rancho con techo a dos aguas que oficiaba como la sede de fútbol de la IASA que se ubicaba a mitad de la cuadra de calle Pedro González entre Florida y Roosevelt hoy Ferreira Aldunate.
Fue en ese rancho que atraía la barra como un imán entre charlas, trucos y tabacos, que se juntaron Gualberto López (Banano), Rubén Sosa (bollo) y Ricardo Villalba (Loco) proponiendo el nombre “Los Diablos Verdes”, siendo elegido con baluartes como “Pepe Castelli y Oscar Pereyra Mosquito”.
En el año 1964 nacen Los Diablos Verdes quienes bajo la dirección de los antes mencionados, obtuvieron los títulos en 1964, 66, 67, 68, 71, 72, 73,74. En 1979, se le cede el título a José “Pocoto” Flores y Miguel “Carita” Domínguez, uniéndose Eduardo “Sapo” Vairo
En el año 67 se une Juan Legorburo hasta el año 92.La murga sale desde el año 1979 hasta el 1988, se vuelve a hacer otro paréntesis, para salir los próximos 4 años en el carnaval montevideano, donde se le cambia el nombre por “La Mercedaria”. Luego vuelven a salir en 1999, 2004,2013 cosechando segundos y terceros puestos-
La murga con ese título aparece en 21 oportunidades en el carnaval mercedario cosechando 10 primeros premios, 9 segundos, y 2 terceros, mientras que a nivel interdepartamental alcanzaron 2 primeros y 3 segundos premios”
Se actuaba en el patio del Hospital, escuela al Aire Libre, para privados de libertad, Hogar de Ancianos, una tarde regalando golosinas para los niños del Hogar Chopitea, club Racing, Remanso, supervisado por el vecino Marcelino Pacilio y Tomasito Rey.
En su larga trayectoria la murga siempre tuvo lugar para la renovación del plantel dando así lugar a jóvenes murguistas que se probaban y mejoraban, muchos se destacaron en el interior, pero Ricardo “Canario” Villalva brilla hasta ahora en el carnaval montevideano
Hoy que desde el lugar de espectador, nos toca mirar desde la platea, vemos con alegría los avances en los conjuntos, ya sea en lo musical, coral, libretos, vestimenta y maquillajes.
También nos enorgullece la forma que con respeto y seriedad del público por el carnaval que ha impulsado hacia la sociedad .en estos 60 años, agradecer al Cerro con sus “Enmascarados”,”La Celeste” al Túnel por La “Tunelina”, al Palo Alto por “La Nueva Ola”, humoristas “Los Pichi Pichi”, “Los Intrépidos” y muchos más que se involucraron y acompañaron en las fiestas carnavaleras”.