¿Cuál es la razón para que nada pueda saberse sobre lo sucedido después de cada operativo vinculado a los numerosos casos de narcotráfico supuestamente desbaratados? La pregunta viene al caso porque una vez conocido el episodio, se cierra con un escueto comunicado oficial en el que constan los detenidos, la cantidad de droga incautada, la zona aproximada, y si hubo vehículos o armas en juego (además por supuesto del nombre pomposo que se le da a cada operativo).
A muchos nos gustaría saber por ejemplo cómo sigue la indagatoria policial y judicial y qué pasos se dieron en la investigación; y no es que los periodistas no preguntan sino que no hay respuestas.
A modo de ejemplo, la incautación en Bruselas de un cargamento de aproximadamente 2 toneladas de cocaína en un barco que llegó desde Uruguay, permitió conocer que la droga estaba escondida en budines de la marca Portezuelo, cuyas fotos involucraron inicialmente a la empresa que luego se aclaró era una compra hecha en comercios para acondicionarla junto con alfajores debajo de los cuales se escondía la droga. La maniobra igualmente es difícil porque Aduanas controla los remitentes de ventas al exterior y nadie sospechó que un tercero enviara por barco mercadería comestible que no fue despachada por la empresa. Y esto demuestra que las facilidades son notorias y no coinciden con las explicaciones que se suelen dar en cuanto a que Uruguay tiene un régimen altamente estricto en materia de controles.
Sin ir más lejos ayer, tras el caso de la droga tirada en un campo de Rio Negro desde un avión presuntamente boliviano, el periodismo de Rio Negro se movió para despejar las dudas que dejaba el comunicado oficial emitido en Montevideo. La respuesta del Jefe de policía de Río Negro fue que no estaba autorizado a hablar por órdenes recibidas de Montevideo y nos quedaremos sin saber cómo, cuándo, dónde y porqué cuatro empleados de alguien quedaron a disposición de la justicia y qué había detrás.
En los tiempos de Heber, se afirmaba que además de destruirse la droga decomisada, se procedía al remate de vehículos y bienes incautados en los operativos porque según decía :”Le estamos pegando al narco donde más le duele: en los bienes”. Entonces: o los narcos tenían pocos bienes o se ha preferido realizar los remates sin previo anuncio.
Son innumerables los operativos que según la crónica suceden en nuestro país; pero de todos ellos nada ha trascendido del “Día después”.
Y si cierto es que el narcotráfico mueve cientos de miles de millones de dólares que se vuelcan a la actividad legal a través de maniobras de lavado, es clarísimo que todo ese dinero circuló, circula y seguirá circulando libremente porque, que sepamos, nadie ha sido procesado por operaciones inmobiliarias, hoteleras, de casinos, futbolísticas o bancarias, aunque muchos dicen saber nombres de altos personajes. Pero en voz baja.