La situación durante el mes de setiembre de aquel año en la Banda Oriental tenía diversos aspectos: mientras que dentro de las murallas de Montevideo permanecían sitiados el Virrey Elío y las fuerzas realistas españolas, en parte de la campaña se vienen desplegando distintas partidas portuguesas con el título de “ejército pacificador”, ocupando ya Santa Teresa, Cerro Largo, Maldonado y Belén, mientras que como ya indicáramos se había tomado también Paysandú con las consecuencias mencionadas.
Mientras tanto, las fuerzas patriotas al mando de Rondeau y Artigas siguen cercando por tierra al empecinado Elío, bombardeando continuamente Montevideo, tratando de ablandar a las escasas fuerzas encerradas dentro de muros, otras partidas se repartían por la campaña reclutando hombres, armas, caballadas y vituallas para las distintas fuerzas y en la parte suroeste de esta Banda, se mantenían en poder de las fuerzas insurgentes todas las poblaciones comprendidas entre la Colonia y Mercedes.
Fuera del panorama geográfico, otros conductos se seguían comunicando entre las autoridades de ambas capitales del Plata e interviniendo también personajes de la corte lusitana y representantes de la corona británica. Cada parte plantea y quiere hacer valer sus propios intereses, propiciando la finalización de las hostilidades para lo que era necesario lograr un acuerdo de paz.
Habiendo caído Paysandú en poder de los portugueses, crece la preocupación entre quienes mandan las fuerzas patriotas, pues consideran como puntos estratégicos para la comunicación con la costa occidental del Río Uruguay, tanto aquella población como también el Pueblo de Belén y nuestra villa de Mercedes, sin duda.
Ya una semana después de la trágica toma de Paysandú, Mariano Vega desde Mercedes, trata de arengar a sus fuerzas mediante una proclama, comunicando en ella la llegada de un cuerpo de dragones de la patria, comandados por Ambrosio Carranza y enviados por Artigas para proteger este punto estratégico y previendo un ataque a Paysandú para reconquistarlo.
Mencionamos en nota anterior que Benito Chain, al mando de aquel sitio pedía se le enviaran municiones, pertrechos y personal pues sólo contaba con escaso número de soldados, contando sólo un cañoncito de a tres y temiendo un ataque desde Concepción del Uruguay o desde Mercedes, pedía la presencia de dos barcos que se establecieran frente al pueblo sanducero.
Mientras tanto Rondeau, en conocimiento y previendo la partida de Montevideo de esos dos buques con aquel destino que llevarían los suministros solicitados por Chain, apura a Carranza para que trate de atacar lo antes posible aquel punto, para evitar que los portugueses se hicieran fuertes en él y que reciban luego trigo y otros víveres desde los alrededores de Paysandú, que ayudarían a aprovisionar a los rodeados dentro de las murallas. (esto sucedía el 18 de setiembre).
Vemos entonces que desde este punto (Mercedes), se despliegan partidas al mando de Carranza días después, logrando tomar sin oposición alguna, ante la superioridad de sus fuerzas, aquel punto neurálgico el 8 de octubre, anticipándose a las embarcaciones que se dirigían hacia allí. Describe entonces Carranza la ayuda que recibió de Baltasar Ojeda que se le incorporó con su división y también la del “caciquillo” Manuel Artigas al mando de 28 charrúas, destacando asimismo la asistencia que le han prestado Francisco Martínez de Haedo, Rufino Martínez de la Torre y en especial la de Bartolomé Hidalgo (el poeta de la patria), que le aportó invalorable colaboración, lo que resalta ante las autoridades del gobierno de Buenos Aires.
Menciona también la cobarde huida de la guarnición portuguesa los que se embarcaron precipitadamente luego de arrasar el pueblo, robando cuanto se hallaba en tiendas, pulperías, casas de vecinos y cuánto pudieran. Compara lo que encontró con un desierto, pues también se embarcaron las familias vecinas de origen portugués, que eran unas cuántas, abandonando sus propiedades.
Mientras siguen las conversaciones entre representantes de Montevideo y Buenos Aires en procura de formalizar un armisticio previo a la firma de acuerdos definitivos, siendo incesante el trasiego de representantes de todos los interesados, cruzando el Río de la Plata en una y otra dirección. Próximos ya al mes de octubre, que fue crucial para las intenciones de Artigas, el que se verá defraudado con las resoluciones que se tomaron entonces, ya que no se consideraron las penurias y sacrificios sufridos por quienes habían intuido a través de los mismos, el liberarse de los oprobios y malos tratos que les infringían las disposiciones del Virrey Elío.