Martín Lema dirige del Ministerio de Desarrollo a cuya entidad llegó cuando Bartol decidió renunciar. Se le cuestiona, aunque es difícil estar al frente de entidades con tantas complejidades.
Sin embargo el incendio del lunes a la tarde no solo desnudó los problemas locativos de uno de los viejos hoteles arrendados para albergar a madres con hijos a cargo sino la forma en que el Mides busca justificarse.
Porque es poco admisible que recién ahora después de una tragedia, se tome conciencia que había graves defectos y que además no tenía habilitación de Bomberos.
El propio Lema dijo como novedad que “no es el lugar para atender a un niño” y que “No es una política pública sana la atención a mujeres con niños dentro de habitaciones de hoteles”. Cuando una institución del Estado contrata es su obligación exigir que las condiciones del lugar en el que albergará a seres humanos esté en condiciones. Pero Lema parece insinuar en sus declaraciones que la culpa es de los dueños del hotel que no tenían habilitación. Y como si fuera poco agrega que “no sabía” que las instalaciones eléctricas tenían defectos graves.
Una madre muerta, dos niños quemados y otras cuatro personas internadas es demasiado saldo como para que el ministro quiera sacarse de encima responsabilidades.
Ayer no solo el ministro sino dos mujeres jerarcas de la institución hablaron ante la prensa de las medidas que se estaban empezando a poner en práctica para verificar el funcionamiento de hoteles contratados reconociendo que el Aramaya estaba dentro de los dos hoteles que estaban primeros en la lista de cesaciones. Entonces, ¿sabían o no sabían?
Hace más de 30 años lo conocimos por dentro y ya era un hotel barato que no invitaba a alojarse.
¿No está entre las primerísimas obligaciones de los gobernantes exigir el cumplimiento de requisitos a aquellos con quienes contratan?
¿Acaso no atomizan a las empresas con exigencias burocráticas hasta para la simple publicación de un aviso de prensa?
¿Cómo se les pasan estos elefantes entre tantas hormigas? La respuesta queda en la cancha del ministro que puede argumentar que tiene muchos temas a resolver a la misma vez. Pero la auto-justificación pasándole al otro la culpa no corresponde. De ninguna manera.