Como una hermana pequeña, que tiene sobre sí toda la atención de los mayores, así la familia de Crónicas se regocija del cumpleaños de la Nueve Cuatro Nueve.
Si cuando un ser llega al mundo ello atrae todas las miradas y la atención, ¿por qué habría de ser distinto un emprendimiento?. Tres años atrás, las pruebas de sonido anticiparon el comienzo de una experiencia que vino de la mano del camino recogido a través del papel.
36 meses permitieron saber que el rumbo elegido era el correcto, con gente que se fue sumando a través de propuestas individuales o colectivas a quienes se les debe el resultado, porque los resultados no se digitan sino que simplemente: ocurren.
Las generaciones mayores aún extrañan el formato que hizo carne en los oídos de los escuchas de radio: una manera solemne de dirigirse al oyente, la ausencia de espontaneidad y la postura elegante y seria a la hora de utilizar una herramienta que aún provoca algún grado de pánico cuando la señal deja al emisor solo frente al mundo como si de pronto estuviera sobre un escenario observado por decenas de miles.
El mundo ha cambiado demasiado y la radio también, quizá porque al cambiar la confianza de poder captar al oyente se ha apelado a estrategias no siempre comprendidas por todos. Lo vemos todos los días en la comunicación electrónica y no a todos nos gusta. Pero las radios no pueden separarse, ni ser diferentes de un todo en que la sociedad ha comenzado a manejarse con otros códigos, y hasta ha resignado lo importante para preferir entretenerse.
La ética tan cuidada por el periodismo seguirá siendo evocada como una pieza de museo o al menos así lo expresan quienes van pasando la posta a los nuevos de la carrera, ilusionados en ganarla aún sabiendo que es solo eso: ilusión.
Crónicas y su familia que ya pasó los 40 años, sigue confiando que este brote, que no por nuevo es menos fuerte, sume brazos a la construcción de un departamento dentro de cuyas fronteras muchas cosas comenzaron, hasta la Patria.
Las 24 horas, sin pausas de día o de noche hay una compañía en los hogares solitarios, una voz que anoticia o entretiene por ser ésta la misión principalísima, tanto como estar en los lugares donde los acontecimientos ocurren. Ese enlace entre los hechos y la gente, tan simple de explicar y tan complejo de consolidar encierra el secreto de la propia existencia.
Quienes hemos compartido periodismo desde largas décadas, queremos hacer propicio este cumpleaños para venerar a los grandes locutores de todos los tiempos que en sus diferentes manifestaciones contagiaron la emoción de los sucesos. Tanto, que en los oídos de la mayoría aún resuenan expresiones, goles, publicidades, discursos y frases que solo la radio pudo transmitir.
Por eso es única.