Indudablemente durante largo tiempo los deportes de campo en particular y también los que utilizarían espacios cerrados no se practicaron con la asiduidad con que actualmente se encaran.
Era muy difícil, sobre todo que la juventud y me refiero en particular a los jóvenes del sexo masculino, practicaran algún tipo de deporte que conllevara una preparación previa de largo alcance; ya esbozamos en alguna otra nota que los deportes que más se practicaron eran en general de poco desgaste físico, como juegos de bolos (semejante a las bochas), esgrima y frontón, aunque estos últimos sí ameritaban alguna preparación algo más agitada.
Fuera de esto prácticamente no ejercitaba la juventud ningún otro pasatiempo que requiriera desplazamientos repetidos, carreras o esfuerzos desmedidos, salvo algunas cortas competencias entre amigos o desafíos pedestres de corta distancia.
Poco a poco se fueron reglamentando estos esfuerzos estableciéndose normas o reglamentaciones que sirvieran para evitar desacuerdos o disputas por resultados o por determinadas acciones que se hubieran realizado.
Esas carreras se fueron determinando en distancias, forma de comenzar a disputarlas, recorridos ya señalizados por andariveles y también por ejemplo carreras con vallas; lo mismo en cuanto a saltos, estableciéndose categorías como salto alto, salto largo o con garrocha. Lo mismo se fue sucediendo con otras especialidades integrantes de la rama del atletismo.
Pero fue necesario el comenzar los años del 1900 para que por diversas motivaciones se empezara a conocer en estos lugares y en particular en Mercedes, lo que luego se denominó (proveniente de otros países ese nombre) como “football”.
Los orígenes de su aceptación en nuestro suelo mercedario tiene diversas acepciones: por un lado se establece que un coterráneo J. Mario González que estudiaba en un colegio en Buenos Aires, había presenciado la disputa de algunos encuentros entre marineros que llegaban en particular de Inglaterra a aquel puerto, o también entre los trabajadores de esa nacionalidad que estaban encargados de ir tendiendo los rieles de los ferrocarriles, consistente esos “partidos” en correr detrás de un esférico (“pelota”) tratando de hacer penetrar el mismo en un arco que se levantaba en cada extremo del espacio que se utilizaba.
González lo hizo saber, al volver a su terruño a otros jóvenes, entre los cuales se encontraba Luis Alberto Zanzi de quien sabían que tenía una pelota necesaria para practicar ese nuevo deporte o novedad. Reunidos varios jóvenes que concurrían al Instituto Uruguayo F.C. (por vueltas del destino estaba ubicado en el lugar que ocupa el Liceo No. 2 que lleva el nombre del dueño de la pelota) , decidieron comenzar a practicar ese nuevo entretenimiento para quemar las energías que sobraban.
Simultáneamente un hacendado de nacionalidad argentina don Tomás D. Bruce que tenía campo en la zona de Cololó en nuestro departamento, había conocido que en Inglaterra practicaban el football, según le habían comentado familiares y poseyendo un esférico lo hacía correr por sus empleados y peones campestres en los ratos de descanso en sus labores.
Conectados unos y otros marcaron en 1904 el comienzo de la práctica habitual de ese nuevo deporte, fomentando la actividad de jóvenes que hasta entonces tenían su entretenimiento en lugares donde sólo se jugaba a las cartas o se practicaba el billar.
Rápidamente y luego de algunas prácticas en las que los elegidos de cada equipo corrían detrás de la pelota, como lo hacen ahora los niños que recién comienzan a practicar el fútbol, se pudo organizar una institución que con el pomposo nombre de “Instituto Uruguayo de Fooball Club” adoptó su vestimenta consistente en camiseta negra de mangas largas, pantalón blanco debajo de las rodillas, medias negras, gorros con viseras en su totalidad, cosa rara ahora, y bordadas en sus camisas las iniciales del club sobre el lado izquierdo del pecho.
Sobre la acera norte o derecha, hoy de la entonces calle San José, o sea enfrente del otro Instituto o Liceo (no lo era aún) de enseñanza, existía otro colegio, el “Instituto Mercedario”, cuyos alumnos se sintieron provocados y conformaron a su vez otro equipo con el nombre de “Artigas F. C.”, adoptando camisas negras con una banda o franja en diagonal de color celeste, utilizando pantalón negro.
El desafío estaba planteado y luego de distintas prácticas, el 26 de agosto de 1905 se enfrentaron en una pequeña canchita (no se conocían las medidas reglamentarias aún) , ubicada sobre la calle Laureles, (hoy Avenida Lavalleja), que luego fuera parte de la vieja Plaza Funez, futuro Field Oficial. – El día anterior se habían realizado los actos conmemorativos del 25 de agosto y, atraídos por la curiosidad, fueron muchas las personas que concurrieron a observar estos nuevos deportistas y sus desplazamientos.
Hacemos constar aquí que no era bien visto el que estos muchachos exhibieran sus peludas piernas ni su velludos brazos, de ahí el largo de camisas y pantalones, máxime si se preveía que concurrieran damas o señoras mayores a contemplar el desafío. Esa vestimenta se consideraba “una inmoralidad”.
Aclaramos también que el triunfo correspondió al I.U.F.C. por dos tantos a cero y convirtieron los goles Conrado González y José Moisés Cardozo. Por supuesto que no quedó para la historia el tiempo que duró el encuentro ni si hubo descanso a mitad de la brega. Ese entusiasmo comenzó a correr y fueron muchos los equipos que se fueron conformando, en distintas barriadas, casi todos con una existencia de corta duración y hemos encontrado nombrados así a : “Sud Americano”- “Ferrocarrilero” – “Don Bosco” – “Libertad” – “Júpiter” – “Uruguay F. C. ”- “Formidable” – “Black Rivers”. En ese tiempo se constituyeron también “Mercedes Rovers” el 22 de julio de 1905 y “Bristol” el 6 de marzo de 1906 , conformándose luego la Liga Mercedaria de Football el día 24 de abril de 1909, actual “Liga de Football de Soriano”.
Constituida la “ Liga de football de Mercedes”, el Intendente Zanzi destinó la Plazoleta Mateo Funez para la práctica de ese deporte, transformándolo en el Field Oficial, lugar donde se disputaron memorables encuentros.
Presidió esa reunión constitutiva de la Liga el Esc. Jaime Ferrer Olais, delegado del “José P. Varela F.C.” conformándose distintas categorías debido a que varias de las Instituciones tenían exceso de jugadores y presentaban varios equipos. Se distribuyeron entonces así: 1ª. categoría: Uruguay – Mercedes Rovers – Rivera – Formidable y Bristol - representando a Rovers su 2º. equipo.
La 2ª. categoría la integraban los 2os. equipos de Uruguay y de Formidable, el 1er. equipo de Peñarol y el 3er. equipo de Rovers. Mientras que la 3ª. categoría la conformaban : José P. Varela – Artigas – Treinta y Tres en sus primeros equipos y la 3ª. B de Rovers.
Vemos aquí que el club Rovers había obtenido el concurso de los mejores elementos del momento y habiendo querido inscribir su primer equipo en las competencias , no se anotó ninguna otra institución para disputarle la supremacía, pues el nivel de sus jugadores era muy alto y se resolvió, entonces, determinar que al finalizarse el campeonato se enfrentaría con el campeón de la primera categoría, disputándose entonces un premio especial.
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(1) – Detallamos aquí los nombres y el puesto que ocupaba cada jugador de acuerdo a la antigua manera de designar esas posiciones: De pie: Rómulo Vives (No. 6) – Carlos Bellini (No. 4)-Américo Rodríguez Diez (No. 5) – Eduardo Gómez Haedo (No. 3) – y Rogelio C. Sosa (No. 2). Sentados: José Moisés Cardozo (No. 7) – Conrado González (No. 8) – Luis Ma. Gil (No. 9) - José May (No. 1 – golero) – Juan C. González (No. 11) y Lorenzo Reca (No. 10).
Seguiremos narrando la evolución de equipos, jugadores y de memorables hazañas y encuentros de nuestros defensores.