Las respectivas desautorizaciones se dieron a escasas horas de que el presidente del vecino país debiera emprender viaje a México, lo que llevó al mandatario a desistir de su participación en la Asamblea de las Naciones Unidas. Antes, Cristina había enviado a los medios de comunicación una carta con durísimos términos en los que recordó que fue ella la que lo sacó de la galera y lo puso en la presidencia.
Fue la primera vez desde el inicio del actual período de gobierno, en que la Vicepresidenta dice estar arrepentida de las medidas que tomó Fernández y que le reprochó en las 19 reuniones que han mantenido ambos en la residencia de Olivos. Agregó que "no voy a seguir tolerando las operaciones de prensa que se realizan desde el propio entorno presidencial a través de su vocero" y acusó a éste de realizar operaciones en off para desacreditarla.
En el final de la carta recordó la decisión que tomó para proponer a Alberto Fernández como candidato, "lo hice con la convicción de que era lo mejor para mi país. Y ahora sólo le pido que honre aquella decisión pero por sobre todas las cosas que honre la voluntad del pueblo argentino".
Alberto Fernández no sólo habló a través de diferentes medios, sino que concedió a Página 12 un extenso reportaje donde deslizó una serie de acusaciones contra Cristina. Dijo que "ella me conoce y con presiones no me van a obligar", añadiendo que "la altisonancia y la prepotencia no anidan en mí" y agregando que "la gestión de gobierno seguirá desarrollándose del modo que yo estime conveniente porque para eso fui elegido".
Con este panorama y con reuniones que parecen no terminar nunca, la crisis argentina ya había puesto en duda el largamente planeado viaje a México y a última hora de la tarde de ayer se supo que dio de baja al viaje. Iba a partir hoy a las 11 de la mañana, retornando el sábado a las 22, lo que implicaba dejar a Cristina Kirchner en el cargo por más de un día, una alternativa que el Presidente no quiere arriesgar.