El Barrio de la Plaza Nueva había ya arribado a su mayoría de edad pues poco a poco la ciudad se había comenzado a extender hacia esa zona, saliendo de los estrechos límites que desde sus orígenes circundaba la plaza principal de la ciudad.
La manzana que contenía esa nueva Plaza en principio denominada como “Plaza Constitución”, nombre transferido desde la otra, la principal, a la que se le dio luego la denominación de “Plaza de la Independencia” formando así la dualidad que constituía la Nación, la población se acostumbró a nombrarla como “la Plaza Nueva” en contradicción con la restante bastante más antigua.
El vecindario había encarado con entusiasmo y patriotismo su progreso y como prueba de ello se dirigía a cambiar su aspecto con el desarrollo de la edificación y embellecimiento de la propia plaza con obras que trataban de darle un aspecto más moderno y atractivo.
Las diferentes obras encaradas en ese tiempo en la ciudad, como las de la Biblioteca Giménez, también de la al fin, sede del Municipio, la del Hotel moderno frente a calle Artigas, del enjardinado de la Plaza principal, de la extensión de la hermosa Rambla con la inclusión de los bellos monumentos donados por el agradecido Escribano Eusebio Giménez, eran prueba de ello.
También la zona de la actual Mercedes Terminal Shopping, entonces ocupada por el Cuartel General Luna, había comenzado a cambiar su chatura, con buenas edificaciones promovidas por varias familias que buscaban otras ubicaciones y espacios, los que resultaban ya pequeños en los alrededores del centro urbano, por las distintas sub divisiones que se iban realizando para su transformación en lugares principalmente comerciales.
Vecinos de esos lugares que llegaban hasta la actual calle Clemente Fregeiro, entonces Coquimbo, habían aportado su entusiasmo y energía a mejorar el aspecto de ese sitio que hoy se llama “Plaza Artigas” luego del año 1942; se había inaugurado el alumbrado, se habían colocado bancos y mejorado canteros y veredas, el empedrado de las calles circundantes le daban un aspecto distinguido y se habían plantado diferentes árboles que daban otra vistosidad al lugar.
Trabajó para ello desde varios años antes del fin del siglo, una comisión de vecinos con el empuje de don Blás Solari que la encabezaba, rodeado y apoyado por otros varios comerciantes de los alrededores, para prestigiar esos lugares y para no ser menos, emparejando el empuje de la activa Comisión de la Asociación Patriótica de Soriano que, buscando desde largo tiempo erigir un monumento en recordación del hecho de Asencio el que pretendía ser ubicado en la Plaza Independencia, se formó esta otra que se fijó como objetivo levantar un monumento al General Artigas, para coronar de esa forma la designación del barrio, relativamente nuevo, que se iba formando con esa denominación.
El Comité era presidido por el Tte. Cnel. Julián H. Iraola, integrándola el Dr. Luis M. Soumastre y el Inspector de Escuelas Alberto M. Magnani, el Cnel.Edgardo U. Genta y otros muchos vecinos entusiasmados por esa idea.
Coincidiendo con la fecha del 25 de agosto de 1942, fijada para descubrir el monumento a Asencio en la Plaza Independencia, se decidió que en esa fecha sería también la de mostrar a la población el monumento erigido en esa otra plaza, en homenaje al Gral. Artigas como coronación del esfuerzo de esa otra comisión.
A esos efectos, se había encomendado a la Fundición Artística de Rolando Vignali, en la capital, la fundición de la estatua del héroe de Las Piedras, participando junto con la Comisión nombrada al comienzo en esos esfuerzos, numerosos mercedarios que tenían entonces domicilio en la capital, quienes se habían conjuntado en la recolección de los distintos elementos de bronce que tenían en sus domicilios, necesarios para proceder con ellos, fundidos, a formar el cuerpo del guerrero.
En consecuencia, ese fausto día del 25 de agosto de 1942, mientras en la mañana se descubría en Plaza Independencia el hermoso Monumento a Asencio, en la tarde a partir de la hora 16 se mostraba al vecindario la estatua del Gral José G. Artigas, erigida en el centro de la Plaza hasta entonces llamada Constitución.
Hicieron uso de la palabra en ese emotivo acto en su orden en nombre de la Asociación Patriótica don Angel Rodríguez, haciendo entrega del monumento al pueblo, recibiéndolo en nombre del Municipio el Sr. Alfonso M. Miláns, ambos derramando altos conceptos de elevado patriotismo.
Luego hablaron el Cnel. Osean S. Moreira en nombre del Inspector Gral. del Ejército, el Sr. Vicente Betervide por el Batallón de Voluntarios, el Dr. Juan A. Lorenzi por el Comité de Acción Democrática, el Sr. A. Rodríguez Herrero por el Comité Chaná Pro Artigas de Bronce de Montevideo y por último el Cnel. Edgardo Ubaldo Genta.
El entusiasmo de la población se notaba pues al finalizar cada alocución, las palmas saludaban y respaldaban las palabras de cada orador, siendo enorme el aplauso tributado en el momento del descubrimiento de la estatua del General, quitándose la enorme bandera de la patria que la cubría.
Terminado el acto se dirigió una numerosa manifestación por calle Artigas hacia la Rambla mercedaria, encabezada por esa enorme bandera nacional desplegada, la que horas antes había cubierto ambos monumentos.
En la Rambla se entonó el himno patrio y la muchedumbre se derramó luego por las distintas calles del centro, dando animación y muestras de patriotismo, recorriendo y admirando vidrieras y lugares engalanados con símbolos y banderas en alusión a la fecha y apoyando esos acontecimientos.
Durante el día, en horas de la mañana se realizó un solemne Te Deum en el Templo Parroquial y previo a la inauguración del monumento de Plaza Independencia, una delegación del Club Nacional de Football de la capital depositó un ramo de flores al pie del monumento a Asencio; se hizo presente también una delegación de vecinos argentinos, terminándose la jornada con la recepción de las autoridades presentes, con un acto en la Jefatura de Policía, engalanada al efecto, destacándose el personal policial y funcionarios del cuerpo de bomberos en traje de gala.
La noche anterior, la del 24 de agosto, se realizó en el Teatro Glucksmann Palace una velada que organizó también la Asociación Patriótica como inicio de la siguiente jornada, siendo todos los actos seguidos por el pueblo con verdadero fervor patriótico.
Tal en síntesis este hecho que, como nunca, conjuntó en un mismo día la inauguración de dos obras escultóricas de prestigiosos autores, para realzar aún más la belleza de la ciudad.
Sólo como curiosidad hacemos conocer los costos que totalizaron la erección del Monumento al Gral. Artigas: Por fundición de la Estatua $ 2.000;- por revestimiento en granito del basamento $ 5.429, - por acuñación de medallas conmemorativas $ 220,25 y por impresos y gastos generales $ 299,64.
En total importó según rendición de cuentas del Comité Ejecutivo Pro Monumento la suma de $ 7.948,98.