Los siete casos de ciclistas que dieron adverso en un control positivo fuera de competencia realizado a 27 deportistas a fines de febrero, siguen en proceso en la órbita de la Organización Nacional Antidopaje del Uruguay (ONAU) con los plazos aún abiertos para que los involucrados puedan hacer sus respectivos descargos.
Hasta el momento ninguno de los pedalistas solicitó la apertura de la "muestra B" de los controles de orina realizados, lo que en la práctica es una asunción de culpa. Cuando un deportista niega haber consumido algo, solicita la apertura de esa segunda muestra para sacarse las dudas. Pero, en el 99% de los casos, se confirma la sustancia de la "muestra A".
Otro motivo por el que no se suele pedir la apertura del frasco B es su costo, explicaron. Suelen ser muy caros y el monto debe ser desembolsado por el propio deportista. En el ciclismo local, al haber pocos equipos profesionales, sería un elevado gasto para afrontar por un ciclista.
Tras una primera audiencia de identificación de deportistas y sus respectivos casos, más la realización de audiencias, se mantiene abierto el plazo para que los ciclistas puedan presentar los descargos y también para que, en caso de que lo consideren, puedan aportar pruebas, como por ejemplo sucede cuando se ingiere un producto contaminado, o pedir citaciones de personas que crean que deban prestar declaración sobre el tema, como ha ocurrido en otros casos locales recientes.
Así, se mantiene abierta la chance de que alguno aporte datos a cambio de una reducción de pena, por ejemplo de si hay una organización detrás que ayude a suministrar sustancias dopantes, algo que se sospecha ante la cantidad de casos (7 de 24 de la muestra, la cuarta parte) y la complejidad de las sustancias encontradas.
Ante esas situaciones, los miembros de los tribunales pueden pedir más pruebas.
No hay una fecha máxima fijada para que puedan dar sus argumentos antes de que los tribunales se expidan. Pero hasta el momento, todo está muy quieto.