Todo sucedió con la naturalidad con que suceden las cosas en nuestro país.
Por eso no nos dimos cuenta.
Un día te cambian el tránsito de la izquierda a la derecha y otro día el gobierno de la derecha a la izquierda.
Una mañana de octubre te enterás que lo de Colón no fue un descubrimiento y que por lo tanto no hay que seguir festejando.
Al poco tiempo la primavera no llega más el 21 de setiembre y empieza a fichar todos los 23.
Un 2 de enero llega el último tren a Central, te cierran 900 km de vías y venden el material como chatarra.
Una tardecita descubrís que hay más motos y autos que gente para manejarlos, después te construyen un shopping en la esquina de tu casa y ese mismo día te enterás que hay más teléfonos que personas para hablar, tantas casas deshabitadas como familias sin viviendas y más inmobiliarias que inmuebles para vender.
Una mañana te levantás y descubrís que todos los jardines de las casas de tu ciudad fueron hormigonados para colocar el auto al frente, otro día te enterás que todas las quintas que estaban en el fondo fueron aplastadas para construir un apartamentito donde se van a vivir los hijos recién casados. Después cuando llegan tus nietos, te mandan a vos al apartamentito del fondo y tus hijos se quedan con la casa hasta que una noche te morís y los chiquilines finalmente alquilan el apartamentito para hacer unos pesos.
Y todo, sin que te des cuenta.
Como suelen suceder las cosas en este país.