MUELLE COMERCIO – Era continuo el arribo de embarcaciones trayendo mercaderías y diferentes objetos para los distintos comercios de la ciudad.

Alrededor del mismo se aglomeraban diariamente numerosos trabajadores que participaban de la descarga de los barcos, mientras que los encargados de cada negocio clasificaban y controlaban que lo que llegaba coincidiera con lo solicitado.

Junto a la Aduana que se encontraba a pocos pasos, esperaban los agencieros y aduaneros para certificar esos arribos, mientras que eran numerosos también los carros y carretones que se arrimaban para cargar las mercaderías y llevarlas rumbo a su destino. 

En los alrededores de las calles que desembocaban en el muelle, eran muchos los grandes comerciantes que tenían allí sus oficinas y depósitos para el acopio, la revisación y posterior expedición hacia sus locales céntricos, de lo que había llegado.

  También muchos eran los marineros, peones, changadores, jornaleros y curiosos que se amontonaban en esa zona, unos por razones de su propio trabajo y otros buscando alguna “changa” la que nunca faltaba. 

Encontramos en las calles que desde allí partían hacia el centro de la ciudad, en esa época a quienes sobresalían como fuertes comerciantes, ocupando terrenos y galpones, nombrando a Rivara, Blás Solari, José Roubín, Pablo Varela, Sifredi, Francisco Varsi, Pedro Casagrande y hasta unos años antes a la Casa Bancaria de Mauá con una agencia que facilitaba allí los negocios.

 MESAS EN LA PLAZA – Estando próximas las tardes agradables para tomar aire y algo más en la Plaza Independencia, se procede a delimitar los lugares en donde se instalarán mesas y sillas. Los negocios que explotarán los mismos son la Confitería Artigas y el Bar de Canet que ocupan espacios sobre la propia plaza con frente a las calles limítrofes.

 CORRALON MUNICIPAL – Los vehículos y maquinaria que utiliza el Consejo de Administración de Soriano (hoy el Municipio) necesitan ser alimentados para su puesta en marcha. Recordemos que en esa época (1927) la mayoría de sus vehículos funcionaban a tracción a sangre.

Por tal motivo se realiza una licitación para proveer al Consejo de 50.000 kilos de maíz y 20.000 kilos de afrechillo para alimentar a “los motores” de su maquinaria, o sea asnos y equinos que pastaban en el Corralón, el cual ocupaba un muy amplio terreno.

 CASA UBILLOS – Este comercio ubicado en la esquina de las calles Colón y Montevideo, frente a la Plaza Independencia, que también construye en ese tiempo una bien ubicada sucursal en la localidad de Dolores, realiza una agresiva propaganda en la prensa de aquel tiempo.

Entre sus ofertas, avisa que abrirá los domingos en la tarde para que sus clientes y vecinos puedan admirar sus diferentes colecciones, adelantando las de primavera y verano.

Hace notar asimismo, con grandes letras en su propaganda, que la Casa Ubillos es ahora LA TIENDA MODERNA, luego de haber sido LA TIENDA del PUEBLO.

LA ISLA –Después de haber sido un lugar casi ignorado, lleno de malezas, uñas de gato y pastizales en los que se alimentaban las pocas vacas del vasco propietario de un tambo que allí existía, las autoridades deciden mejorarla para tratar de habilitarla como otro sitio donde puedan concurrir los vecinos a disfrutar, sobre todo en épocas calurosas, del fresco de las aguas y del espacio apropiado para descansar y aprovechar el aire de las tardecitas y de las noches.

Se realizan mejoras en el terreno, limpiando espacios y construyendo caminos; se instalan treinta casillas, mitad para la sección damas y otras tantas para el sitio del baño de los hombres, las que brindarán comodidad a los bañistas de ambos sexos y en donde puedan cambiar sus ropas con total discreción.

Se determinan con rigurosidad los lugares, bien separados por supuesto, que se destinan a los baños de damas y a los de caballeros.

Asimismo se constituye una Comisión de Amigos de la Isla, la que tendrá por cometido el ayudar a señalar las necesidades del paseo, para contribuir a su mejora, dentro de las que se consideran por ejemplo la construcción de mesas y asientos de material para permitir su uso por los concurrentes, así como lograr la iluminación eléctrica imprescindible para comodidad de los paseantes y bañistas.

Encontramos asimismo noticias en las que se menciona que dos señoras estuvieron a punto de ahogarse, pues el marinero de custodia pensó que jugaban dentro del agua, a raíz de la distancia a que deben estar instalados, para no herir la moral y la sensibilidad de las damas, por lo cual estuvo a punto de no llegar a tiempo a brindar su auxilio y evitar una tragedia.

QUEJAS DE LOS VECINOS – Se suceden las quejas de los vecinos que se han presentado al Consejo del departamento por considerarse perjudicados (no era para menos) por el pasaje, casi diario, de tropas de lanares, capones y hasta de yeguarizos por las calles de la ciudad, en especial las que viniendo de los parajes del este del departamento, toman la calle Tomás Gomensoro rumbo al embarcadero provisorio que se ha formado en el vado junto al edificio de la firma Koster Hnos.

Esas tropas van con destino al Frigorífico Anglo Uruguayo y ante la falta de la Balsa Grande en reparaciones, toman ese punto como lugar de embarque en la balsa de Guastavino, desembarcando en la otra orilla en potreros del mismo Anglo.

El pasaje de miles y miles de esos animales, aparte del peligro que representan para el tránsito en la población, levantan tremenda polvareda, pasan junto a la entrada de las distintas fincas de esa calle y perjudican los negocios que allí se encuentran localizados. 

No se respeta la ordenanza que prohíbe conducir animales sueltos por parajes poblados.

DON BAUTISTA BRACERAS – En diario de fines de octubre de 1927 se noticia que “ha llegado ayer de Buenos Aires el Sr. Bautista Braceras a celebrar sus bodas de oro con su casa de negocio titulada “La Estrella”, que bajo la razón social Braceras, Leguineche & Cía. se inauguró el 1º. de noviembre de 1877, continuando desde esa fecha en todos los ramos generales durante los cincuenta años desde su fundación, habiéndose dividido desde el año 1903 entre sus sucesores el ramo de Almacén de Alejo Hounie, el de Tienda de Alambarri y Moreira, hoy de Quintario y Moreira y el ramo de Barraca de Frutos del País hoy a cargo de su hijo Juan B. Braceras. 

Deseamos a las actuales firmas continuadoras de la de los Sres. Braceras, Leguineche & Cía. otros tantos años de vida y prosperidad y saludamos al prestigioso hombre de negocios que hoy ve coronados sus esfuerzos meritorios”. (“La Epoca”).

Durante la época de la firma “Alambarri y Moreira”, este último Ricardo D. Moreira era el abuelo materno del autor de esta nota.

En su frente y perpendicular al mismo estaba implantada una gran estrella la que reflejaba y aludía al nombre de la tienda. 

 “AEROPLANO FANTASMA”- “Susto en Montevideo – Anoche pasó sobre la ciudad un aeroplano que volaba sobre la costa el que al llegar a la calle Andes se internó a la ciudad pasando a 400 metros de la Plaza Independencia en dirección al Cerro.  Volaba muy bajo y se presume que iba cargado. 

Al pasar el aparato sobre la Legación Norteamericana, dio la voz de alarma el centinela que se hallaba de guardia sobre el edificio subiendo de inmediato toda la guardia. Hasta ahora se ignora el lugar donde el aeroplano realizó el aterrizaje”.

(Se aprecia a través de esta noticia que la población del país entero no se acostumbraba a los vuelos que no fueran anunciados con antelación). 

 Nota: Comunicamos que con esta publicación finalizamos la serie “Casos y cosas” por lo que tomaremos un descanso a partir de la misma.